El vicio opuesto a la lujuria no es frecuente, porque los hombres son más bien propensos a la lujuria misma. Sin embargo, existe ese vicio y es la insensibilidad, que se da cuando se odia tanto el unirse a una mujer que se niega el débito a la mujer propia.
Extraído de:
Summa Theologiae, Santo Tomás de Aquino
jueves, 30 de julio de 2009
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